Con bombos y platillos el Gobierno de la Ciudad presentó ayer ante la prensa un plan denominado “Autopistas sin barreras” que aplicará progresivamente, según lo informado, en la empresa AUSA.
Dicha empresa, en donde nuestro Sindicato tiene sólo 40 afiliados, firmó con el Sindicato de Comercio un convenio de “empleabilidad” en el 2017 con vistas a la implementación de tecnología. El mencionado acuerdo – a la medida de los intereses empresarios – deja más dudas que certezas sobre el futuro de los casi 600 trabajadores que hoy se desempeñan en las cabinas de cobro. Esto explica claramente la oposición que, a base de miedo y presiones varias, las autoridades de Autopistas Urbanas S.A. han puesto a la afiliación de sus trabajadores a nuestro Sindicato; nunca accederíamos a firmar algo que pusiera en riesgo las fuentes de trabajo de nuestros afiliados. Como ya lo ha dicho y sostenido por distintos medios nuestro Secretario General Sergio Sánchez, no nos oponemos a la implementación de la tecnología, pero la tan mentada reconversión laboral debe implicar calidad de trabajo a través de la capacitación y no pérdida de puestos laborales.
Ya oportunamente con el conflicto originado en los inicios de las licitaciones de los Corredores Viales Nacionales por la modalidad PPP, nuestra Organización realizó una intensa lucha para modificar ese plan original de autopistas sin peaje que no contemplaban los tiempos necesarios ni la metodología adecuada para el sostenimiento de cada uno de nuestros trabajadores.
Creemos que es fundamental además, hacer hincapié en la Seguridad Vial y en la contraprestación de servicios al usuario de un sistema que significa una erogación tan importante a los castigados bolsillos de los argentinos. No es este el caso; acá lo único verdaderamente importante, y que si ha sido tenido en cuenta para la implementación, es la recaudación urgente y constante.
Evidentemente para el Gobierno de la Ciudad, del mismo color político que el Gobierno Nacional, los laburantes somos una “erogación”, un “gasto” que hay que evitar. Este proyecto va directa e inexorablemente en esa línea aunque pretendan disfrazarlo como beneficioso para sus trabajadores.
En un contexto en donde la Ciudad de Buenos Aires pretendía hace unos meses el cierre de las escuelas nocturnas por considerarlas innecesarias y que fue revertido gracias a la lucha de los gremios y la ciudadanía, ¿Qué importancia puede darle a la capacitación de los trabajadores, un actor absolutamente suprimible según sus parámetros?